jueves, 4 de agosto de 2011

Pasos en la azotea

Tengo ganas de mentir
y de decir que todo va bien.
Que la lluvia no moja cuando uno sale a la calle,
que los vagones del metro viajan vacíos a partir de las 5.
Tengo ganas de aceptar
y pasar la lengua por los labios menos insensatos.
Que el café quita el sueño y que sin sueños la vida no sabe.
Que muero de ganas de que existas y que no sé siquiera quién eres.
Tengo ganas de tener ganas,
de añorar vorazmente otra vez
y que cuando oigamos pasos en la azotea
no sepamos qué hacer;
si reír o llorar,
o temblar de miedo.
Ante lo inminente y enorme y monstruoso
y hermoso y triste e inevitable
que es el amor.