viernes, 18 de diciembre de 2009

Hoja y tintero

No seré yo quien haga el primer movimiento
pese a que tengo el peón blanco
el tablero está puesto,
La hoja y el tintero que sigilosos guardaron registro
de todas tus contradicciones,
de cada uno de tus trucos y de mis juegos
aún no se deciden si sentir lástima o ira
y tú, que te escurres tan delicadamente
finalmente has dejado de sorprenderme.
Es difícil definir la maldad
y no creerse responsable de combatirla.
¿Cómo renunciar a conceptos tan románticos
cuando hay personas que se duermen con tan poco
quienes se van a la cama con un cinismo tranquilo?

Pero no seré yo quien rompa el silencio
Ésta paz que sabe a guerra
Éste amargo cese al fuego
la ignorancia es fuerte aliada
cuando el otro cree saberlo todo
(de eso no hay duda)
y en la última partida cada quien jugará sus cartas
y lo ganarás todo o te quedarás con gris miseria
La baraja no miente y el casino es implacable
Puedes intentar convencernos el tiempo que quieras
seguir bluffeando con todas las falsas esperanzas de tu mano
pero no sabes siquiera de lo que huyes
y por eso, la ignorancia te sonríe.

martes, 24 de noviembre de 2009

Un sueño recurrente

Es muy tarde, pasada la medianoche cuando veo el navío abrirse paso por las aguas.
Es impresionante, aun a distancia puedo apreciar su majestuosidad. Un crucero enorme de contorno delimitado por cientos de brillos plateados. Parece constelación, una Argo Navis que navega por este océano ruidoso que tantas veces llegué a escribir y que ahora se materializa en formas dulces del subconsciente. Todo es tal como lo imaginé.
Los cielos exhalan un céfiro cálido que pese a la tardanza hace recordar a tierras lejanas y que me sigue impulsando. Mi embarcación que es tan modesta y tan humilde, un pequeño bote destartalado rema, sigue remando valiente o estúpidamente por la muerta noche.

Y entonces comienzo a seguir un rastro de luces que emanan del buque. Estiro la mano, la hundo en el mar. Las puedo tocar, las voy recolectando como migajas por un bosque. Se conectan una con la otra, un adorno navideño del cual me he asido y por el cual tiendo mis riendas a la redención.
Entonces me doy cuenta que estás ahí, todo el tiempo estuviste ahí. Me abrazas por la espalda y te puedo sentir tan presente como ayer. Tu calor... y yo que sigo remando. Tirando de la cadena tratando de llegar a donde se hay que llegar. Alcanzando el barco fantasma.

Las olas estrellan, se estampan mutuamente, la sal sazona cada instante del viaje. Y los violines siguen sonando desde el subsuelo marino, un piano toca su pieza tranquila, una diminuta voz también se hace sonar y exige un armisticio. Continúo acercando nuestro velero cada vez más y vemos pasar únicamente calma y consuelo por los albores del horizonte.

Y de repente nada tiene sentido. Todo este tiempo que estuve rodeado de tanta belleza y lo mucho que me esforcé en tratar de llegar al barco, creyendo en la necesidad de un destino. ¡Todo tan efímero y tan vano! Me tomas de la mano y me pides soltar la cuerda, dejar de luchar contracorriente. Y entonces nos sentamos y contemplamos el yate que da vuelta y se marcha con su prisa tan lenta. Te miro y me miras y sonrío. Un roce de labios.

Abro los ojos pero no me quiero levantar. Es ya de noche, tengo que despertar, pero no quiero. No quiero razonar nada ni comenzar a descifrar este sueño. Me niego.
Duele que le siga soñando recurrentemente a alguien que ya no existe, que ya no está aquí y que quizá es solamente una quimera, una figura ficticia en la que quiero seguir creyendo pero que no puedo. Es una batalla perdida, no puedo con todos estos pensamientos que provees y que vuelven acechando por la noche como fantasmas extraviados. Por el momento sólo quiero recostarme un poco más, volver a mi océano y a mi velero. Tratar de no pensar, aunque sea por lapsos fugaces, cerrar los ojos, sentir la brisa y dejar de pensar..

Los mejores discos del año

Haciendo una pequeña excepción en la temática de este blog y celebrando la llegada de Diciembre, mes de cierres y recuentos, me gustaría compartirles lo que para mí fue lo mejor de este año en cuanto a música. Géneros hubo muchos, todos ampliamente recomendados, bandas nuevas y bandas consolidadas. Regresos aclamados y algunas decepciones; fue un año de grandes sorpresas. Sin más ni más, he aquí los mejores discos del 2009 :



1) The Maccabees- 'Wall of Arms'
Género: Indie rock/Art Rock/Alternative
Calificación: 10

Highlights:
-No Kind Words
-One Hand Holding
-Can you give it?
-Love you better
-Bag of Bones




2) Silversun Pickups- 'Swoon'
Género: DreamPop/
Shoegaze/Rock
Calificación: 9.8

Highlights:
-The Royal We
-Substitution
-Panic Switch
-It's Nice To Know You Work Alone
-Growing Old is Getting Old


3) Phoenix- 'Wolfgang Amadeus Phoenix'
Género: Indie pop/Indie rock
Calificación: 9.5


Hightlights:
-1901
-Lasso
-Armistice
-Lizstomania
-Love Like a Sunset


4) Andrew Bird- 'Noble Beast'
Género: Folk/Baroque Pop
Calificación: 9.5

Highlights:
-Oh No
-Masterswarn
-Fitz & Dizzyspells
-Anoanimal
-The Privateers



5) Mew- 'No More Stories'
Género: Dream Pop/Post-Rock/Shoegaze
Califiación: 9.3

Highlights:
-Introducing Palace Players
-Silas the Magic Car
-Vaccine
-Repeater Beater
-Sometimes Life Isn't Easy




6) Grizzly Bear- 'Veckatimest'
Género: Folk Rock/Psychedelic Pop/Experimental
Calificación: 9.1

Highlights:
-Two Weeks
-All We Ask
-While You Wait For The Others
-Ready, Able

7) Kasabian- 'West Ryder Pauper Lunatic Assylum'
Género: Neo-prog/Electronic/Indie Rock
Calificación: 8.9


Highlights:
-Underdog
-Fast Fuse
-Fire
- Take Aim
-Swarfiga



8) Metric- 'Fantasies'
Género: Electropop/New Wave/Indie Rock
Califiación: 8.8


Highlights:
-Sick Muse
-Gold Guns Girls
-Help I'm Alive
-Gimme Sympathy
-Blindness


9) Them Crooked Vultures- 'Them Crooked Vultures'
Califiación: 8.7
Género: Garage Rock/Blues/Hard Rock


Highlights:
-Mind Eraser, No Chaser
-Spinning in Daffodils
-Scumbag Blues
-No One Loves Me, Neither Do I
-New Fang




10) Animal Collective- 'Merriweather Post Pavillion'
Califiación: 8.5
Género: Psychedelic Pop/Experimental/Electronic

Highlights:
-Brother Sport
-Bluish
-Summertime Clothes
-My Girls


Mejores Nuevas Bandas:
*Them Crooked Vultures- Them Crooked Vultures
*The Dead Weather- Horehound
*White Lies- To Lose My Life...

Proyectos Solistas
*Julian Casablancas- Phrazes for the Young
*Julian Plenti- Julian Plenti is... Skyscraper

Buenos discos que no llegaron al Top 10:
*The Horrors- Primary Colours
*Editors- In This Light and On This Evening
*Maximo Park- Quicken The Heart
*Yeah Yeah Yeah's- It's Blitz!

Grandes decepciones:
*Arctic Monkeys- Humbug
*MSTRKRFT- Fist of God
*Muse- The Resistance
*Franz Ferdinand- Tonight: Franz Ferdinand

domingo, 8 de noviembre de 2009

Crisálida

Hay una calle a unos pasos de la alameda
que subasta secretos de consuelo
no es muy caro y no hay muchos pujadores
y para llegar tan sólo se necesita
desgarrar el mapa, hacerlo pedacitos
y seguir el vuelo de un millón de aviones de papel

La historia del centro
o el centro de la historia
que nace de las fuentes
ofrece melodías al oído viajero,
uno puede fundirse entre los arcos,
desaparecer bajo la cúpula,
rondar como insecto por los pasillos y salones,
catedrales y palacios
estamparse en los murales,
sellarse en un capullo para después
retar a la sombra a encontrarle
(táctica maliciosa)
y caer en la metamorfosis
perderse del mundo y pedir no le rescaten jamás
Olvidar y permitir ser olvidado
Intentar comerse el tiempo y a su instinto devorador
para adentrarse sin voltear la mirada,
cruzar a paso fuerte por la tempestad
y saborear la magia del momento
subir, bajar, subir, bajar
siempre corriendo,
cambiando de acerca en acera
esquivando un sol que no quema
y abrigándose de una noche que no congela
subir, bajar, subir, bajar
siempre corriendo
esbozando una sonrisa
mientras se asciende en espirales
pues nunca, nunca terminan las escaleras.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Recuento de Recuerdos o La Última Carta Que Te Escribo

Recuerdo mi llegada en septiembre
hacía frío y llovía con frecuencia
tan diferente al clima del norte
tan enigmática la presencia de un futuro
ambiguo, misterioso
era fácil tener miedo
y era dulce sentirse pasajero
de una adaptación que no espera tripulantes
y de un barco que navegaba un cauce inseguro
pero la incertidumbre se tornó certera
la cotidianeidad pasó sus suaves brazos
y me envolvió en una pasividad falsa
anestesiado, perdido en el procedimiento
no supe ver tras el vidrio de la jeringa
pues los cielos se nublaron, los ojos se cerraron
y la lluvia incesante había empañado
el cristal de todas mis esperanzas

Tantas fueron las veces que mi sombrero
enfrentó tempestades, una detrás de la otra
tantas las ocasiones en que sentí la amenaza
y que llegué preguntarme:
¿es esto lo que me toca?
una responsabilidad que había adoptado como mía
y que tal vez nunca me perteneció
que ahora deja libre una avalancha de mementos
que traen consigo mil tristezas
y que se apilan todas al unísono
una detrás de la otra

Recuerdo que encendía los cigarrillos
con el calor de la estufa
innecesario por momentos
necesario ahora que no cuento
con más fósforos
esa bengala cautelosa y amena
que cuidadosamente
sostenía con los dedos helados
y que vuelvo a guardar
celosamente entre los labios
que después de tantos días
siguen tan fríos y tan solitarios
como se encontraban al principio
y que ningún fuego podrá calentar
pues el pasado aún me sabe a cenizas

Recuerdo que leía a Dylan en el metro
fascinante dragón naranja
mientras viajaba por los túneles
a veces con destino
a veces sin destino
pero viajaba y sigo viajando
y sigo leyendo a Dylan
y sigo entre esos túneles
a veces con destino
la mayoría sin él

Recuerdo los exilios, los regresos
las promesas rotas que se tejieron y desbordaron
en esa tierra que muchas veces quise odiar
pero que no pude
y en la terminé por volver a creer
ese puerto de paz, zona de tranquilidad
con el que firmé una tregua aún vigente
y que me concedió verdad y valentía
que en ti jamás encontré
recuerdo tantas cosas, algunas que valen la pena
muchas que quizá no
pero recuerdo solemnemente olvidarte
sellar, firmar sin remitente
ésta última carta que te escribo
y la cual, ojalá, nunca vuelva a saber de estos recuerdos.

domingo, 25 de octubre de 2009

Sin título #3

Como un vacío que rodea los ojos
negras, negras
testigo de ínfimas noches sin sueño
devoradas por un insomnio clandestino

Mariposas obscuras
que se posan bajo la frente
Son dos; una a cada lado de la naríz
Opacas como las pupilas
Frías y solitarias
Sombra de los espejos del alma
Aliadas del café, enemigas del descanso
Acérrimas rivales de la cama

Tatuajes pardos inmensos, cuelgan de las pestañas
Souvenir de pensamientos irreconciliados
de recuerdos intranquilos
de pasiones perdidas
Colección de estaciones, colección valiente
Todo sigue aquí, postrado en semicíruclos
Mientras cuento, calculo cuidadosamente los segundos
Hasta que reanuden finalmente el juego
hermosa dinámica en la que tan sólo participan
Tus ojeras... y las mías.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Once Epitafios Esbozados

"... los gatos en los tejados
locamente enamorados
gritan al interior de las alcantarillas
trayendo los sonidos de la música
la única música
y soy yo quien está preparado
preparado para escuchar
descansando descansando
una plateada quietud
reina y
se convierte en los nervios de la mañana
me levanto y bostezo
excitado con el pulso alterado
nunca cansado
nunca triste
nunca culpable
porque participo en una carrera limpia
sin otra pista que la noche
y el amanecer como único competidor."


-Bob Dylan
Músico, pintor y poeta norteamericano
Capítulo 10 En Eleven Outlined Epitaphs

domingo, 18 de octubre de 2009

Ladrillo por ladrillo

"La rayuela se juega con una piedrita que hay que empujar con la punta del zapato. Ingredientes: una acera, una piedrita, un zapato, y un bello dibujo con tiza, preferentemente de colores. En lo alto está el Cielo, abajo está la Tierra, es muy difícil llegar con la piedrita al Cielo, casi siempre se calcula mal y la piedra sale del dibujo. Poco a poco, sin embargo, se va adquiriendo la habilidad necesaria para salvar las diferentes casillas (rayuela caracol, rayuela rectangular, rayuela de fantasía, poco usada) y un día se aprende a salir de la Tierra y remontar la piedrita hasta el Cielo, hasta entrar en el Cielo, (Et tous nos amours, sollozó Emmanuèle boca abajo), lo malo es que justamente a esa altura, cuando casi nadie ha aprendido a remontar la piedrita hasta el Cielo, se acaba de golpe la infancia y se cae en las novelas, en la angustia al divino cohete, en la especulación de otro Cielo al que también hay que aprender a llegar. Y porque se ha salido de la infancia (Je n'oublierai pas le temps des cérises, pataleó Emmanuèle en el suelo) se olvida que para llegar al Cielo se necesitan, como ingredientes, una piedrita y la punta de un zapato. Que era lo que sabía Heráclito, metido en la mierda (...) y por los mocos y el semen y el olor de Emmanuèle y la bosta del Oscuro se entraría al camino que llevaba al kibbutz del deseo, no ya subir al Cielo (subir, palabra hipócrita, cielo, flatus vocis), sino caminar con pasos de hombre por una tierra de hombres hacia el kibbutz allá lejos pero en el mismo plano, como el Cielo estaba en el mismo plano que la Tierra en la acera roñosa de los juegos, y un día quizá se entraría en el mundo donde decir Cielo no sería un repasador manchado de grasa, y un día alguien vería la verdadera figura del mundo, patterns pretty as can be, y tal vez, empujando la piedra, acabaría por entrar en el kibbutz."
-Julio Cortázar.
Rayuela, Cap. 36


Aún llevo la costra de tu presencia pasajera. El mapa que me tracé tantas veces terminó por extraviarme, perdido en círculos y mis veletas perecieron ante el huracán de tu ironía. No es necesario justificarse, lo hecho hecho está. Lazos destruídos, amargas palabras que duelen y seguirán doliendo y ¿todo para qué? No lo sé. En algún momento lo supe pero hoy desconozco. Y hoy parcho mi soledad con fragmentos de un consuelo roto.

El camino se reconstruye lentamente, es un proceso que algunos deciden no llevar pero que se coloca ladrillo por ladrillo por una razón. Cada peldaño nuevo es un paso lejos de tí y más cerca de alcanzar ese kibbutz del que nos habla Cortázar. Y así quizá, en algún renovado encuentro con el gis, la ayuda de un confiable zapato, una acerca intrépida y desgastada y un hermoso dibujo confeccionado cuidadosamente, podré jugar a la Rayuela una vez más. Hacer que mi piedrita vuele, esquivar el Cielo y la Tierra, esquivar la cobardía, la hipocrecía y con un suave soplo entrar despacio, deslizarse, casi susurrando en la inmensidad del kibbutz.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Para frágil capricornio

Me encanta que hablemos indirectamente, Lucy. De otro modo no podría expresarte todo lo que me gusta expresarte y tal vez tú te hartarías de mí; siempre queriéndote dar consejos, siempre queriendo creer que te comprendo pese a los años que nos separan. Pero no puedo evitarlo, tienes un hermano rarísimo que tiende a escribir cartas ficticias que no llegan nunca a su destinatario. Hay un baúl aquí repleto con correspondencia fantasma atrasada, Lucía. Algún día el cartero cobarde regresará (espero) y cumplirá su labor postal y encontrarás tu buzón repleto, y te reirás muchísimo y yo también estallaré en carcajadas.

Mientras te escribo me doy cuenta que tiendo a reflejarme en ti. ¿Recuerdas la teoría de los círculos que te conté cuando fuimos a desayunar hot cakes? Pues algo por el estilo. Creo que hay patrones muy sensibles que se repiten y que ignoran que tú y yo debimos haber cruzardo el mar en distintas embarcaciones, remando hacia diferentes horizontes. Pero no podemos controlar la corriente, hasta ahora comprendo, ni a la marea que tan dura ha sido contigo. A todos nos toca naufragar por el azar de la vida, por la fría lluvia y por el viento traicionero y hay momentos donde llegamos a pensar que estamos solos, pero ten la seguridad que nunca lo estamos. Tenemos nuestras veletas, nuestras brújulas que nos marcan el camino y arriba, en la bóveda estrellada hay constelaciones que no dejan de pensar en ti y que tienen plena confianza en que saldrás avante en la ruta que elijas navegar.

Pero ahora que estás allá y yo sigo por estos rumbos sucede que me acuerdo de tí de vez en vez cuando escucho una que otra canción. En música nunca cuadraremos, estoy seguro, sabes cuanto odio tus bandas y tú las mías. Por eso recurro a ti literariamente y te platico que me encuentro bien. Los engranes de la ciudad se mueven muy rápido y la adaptación no espera tripulantes pero soy feliz, me alegra informarte, quizá más de lo que había sido en mucho tiempo. Por alguna razón siento que es aquí donde pertenezco, donde siempre lo he hecho. Le dará un infarto a mamá cuando le comente que planeo quedarme aquí el tiempo que haga falta, pero se que tú comprenderás mejor. La magia de la ciudad, Lucy, algún día te llevaré a conocerla.

Casi se me olvida preguntar. ¿Alguna noticia del Éste? De todos modos pronto te veré y podrás platicarme las novedades que hayan atravesado por tu cauce. Escríbeme pronto, capricornio. Hay muchas estrellas allá arriba viendo por ti.
Y no te preocupes, algun día terminaré ese libro. Es nuestra promesa invisible.
-Cáncer testarudo

domingo, 20 de septiembre de 2009

Sinfonía etérea

... en sueños te compongo una sinfonía etérea, flagrante, que no cesa; repleta de lamentos prestados que suenan desde el fondo del óceano luminoso hasta los más profundos rincones terrestres, y que abarcan el cielo estrellado e infinito de las sombras cuentacuentos.

martes, 8 de septiembre de 2009

Sin título #2

Es chistoso, Sofía. Ayer pasé toda la tarde componiendo una canción y el único sonido que pudieron producir mis cuerdas fueron arpegios de melancolía.
No consigo explicármelo, creo que estoy destinado a sonar así para siempre.
Como si mis dedos superieran únicamente expresarse en tonos taciturnos, solitarios
En acordes de ayer y en escalas amargas de nostalgia desmedida.

¿Recuerdas aquella vez que te conté del saxofonista vagabundo? ¿Aquel sonido de tristeza abrumadora que contaba con cada nota fragmentos de una vida inundada en soledad? Cuando era mucho más chico solía sentarme en la barda de mi casa y esperar para verlo tocar a paso lento. Te platiqué alguna ocasión, ¿lo recuerdas?
Era poco lo que de niño llegué a dar a cambio de su música. Si alguna vez lo volviera a ver seguramente le ofrecería más. Es triste e irónico, sin embargo, el no oír más el sonar del instrumento de viento por la antigua colonia. A veces se me olvida que todo ha crecido, incluyendonos a nosotros.

No sé porqué asocio ese recuerdo con los Domingos. Es probable que mis encuentros con el trovador hayan sucedido en más de una ocasión esos días. No sé, es algo tonto pero creo que por momentos una parte de mí regresa a esos domingos: A la calle sin pavimentar, a la blanca reja desgastada, a los grises atardeceres, al seco viento vespertino, al ladrar de los perros vecinales, al olor a humedad del viejo carro de mi padre. Y me siento en la banqueta a ver pasar el tiempo y a tocar mis baladas, acompañado de un saxofón desafinado que se oye a lo lejos, muchas cuadras distantes pero que lentamente se viene acercando.

Es chistoso, Sofía, hay días en los que creo que no tengo cura y hay otros donde me acuerdo de ti y en los cuales espero que tú también te acuerdes de mí.
Pero es imposible descifrarme y tal vez la única forma de entenderme sea a través de mis versos y mis interludios. Espero alguna vez llegues a comprenderme pero entiendo que te pido algo casi imposible porque a veces ni yo mismo lo hago.
Es chistoso, Sofía, en verdad lo es. Porque todos creemos saberlo todo y, ¿sabes? al final, nadie sabe nada.

jueves, 27 de agosto de 2009

Acerca de relatos

"Como los camellos cruzan el desierto, así los relatos cruzan la soledad de la vida, ofreciendo hospitalidad al oyente, o buscándola.
Lo contrario de un relato no es el silencio o la meditación, sino el olvido. Siempre, siempre, desde el principio, la vida ha jugado con el absurdo.
Y dado que el absurdo es el dueño de la baraja y del casino, la vida no puede hacer otra cosa que perder."

John Berger
Crítico de arte, novelista, pintor y autor inglés.
En "Los cínicos no sirven para este oficio" de Ryzsard Kapuscinski

domingo, 9 de agosto de 2009

El método de la locura

Cosecho mis vientos amargos en busca de nuevos anhelos
Mis versos cansados descansan sobre viejos pastos de árida desolación
Y mientras sigo plantando en tus crepúsculos la incertidumbre del mañana
Florece con cada ocaso la invitación subversiva del espantapájaro

Siembro con cada otoño lágrimas siamesas que brotan de los cielos
Las aguas turbias que condensan y condenan y pertuban el sosiego
El orden del desorden, la continuidad de lo perecedero
El azar, que es siempre tan clandestino y nosotros, que somos siempre tan persistentes

Te pierdo y te encuentro, como el cuerdo a su demencia
Te busco y te recuerdo, y juntos perfeccionamos el método.

martes, 28 de julio de 2009

Violines

Cambios.
Contrastes.
Madurar.
Crecer.
Nuevos amigos.
Trabajo.
Fotografías.
Trenes de medianoche.
Tazas de café.
Sombras que crecen.
Días subliminales.
Círculos.
Teorías.
Ajedrez.
Viajes sin fin.
Más tazas de café.
Más teorías de la vida.
Soledad.
Pares de ojos.
Pares de corazones
Y un par de brújulas rotas.
Todo eso contando las historias silenciosas que suceden todos los días, escritas entre lineas, sobre la mágica ciudad que continúa dando razones para creer en ella.

Brújulas.

domingo, 21 de junio de 2009

Llévame Norte


El día en que zarpemos los calendarios marcarán un Jueves
Los relojes, si decidimos creerles, obscura medianoche
Diremos adiós al puerto nostálgico y altivo
Y bajo la luz de aquel astro insomne de apagado fulgor reminiscente
Oiremos en el viento un océano ruidoso e incesante
Y mientras la corriente nos arraste hacia altamar, dirección al horizonte
Veremos empequeñecer cada vez más, legua tras legua
La ciudad que continúa tratando de hacerme creer en ella

Dulce exilio, elixir de corazones desafinados
Hogar de ayeres añejos y de ocasos místicos, salados
Sentiremos la embarcación virar hacia un torbellino redentor
Y descenderemos lentamente hacia las profundidades de lo desconocido
Llévame Este, hacía días subliminales con sus cielos teñidos carmesí
Llévame Oeste, donde el tornasol envuelva la noche en ráfagas de soledad
Llévame Sur, donde aguas cálidas me guíen de nuevo hacia la costa
Llévame Norte, donde las respuestas me encuentren y finalmente comprenda
Que todos los viajes tienen fin en tus ojos.

domingo, 31 de mayo de 2009

Sin título

El viento en nuestras caras
Todas las esperanzas romperá
Cuando las horas se encuentren con el amargo augurio de traición
El arrastrar de los escorpiones nada significará

miércoles, 27 de mayo de 2009

¡Feliz cumpleaños, Blog!

Hace exactamente dos años empezó este recorrido llamado Observadores de Estrellas. Lo que alguna vez empezó como un lugar de reflexión solitaria parece ha ido creciendo y creciendo y no presenta intenciones de detenerse. Y claro, antes de todo, detrás de cada letra y cada palabra hay un sinfin de personas que hacen esto posible. Talvez sean muchos para agredecerles personalmente, pero a todos y cada uno de ustedes, ya saben quienes son..

Gracias.

jueves, 16 de abril de 2009

De distintos enfoques

Tantas veces después de mucho razonamiento y en gran parte durante el proceso de revelado, me habría de formular con el tiempo, la teoría de que principalmente existían dos tipos de personas en el mundo: El primero, el cual superaba en buena cantidad a su subalterno y se observaba con una facilidad digna de resaltar, componía sus cimientos de aquellos individuos que presentaban una predilección por ser ellos mismos los actores de sus fotografías. Es decir, por permanecer frente al ojo captivo de la cámara en vez de identificarse como retratistas, tejedores de sus propias historias, quienes conformaban el grupo minoritario y que se encuentras siempre detrás del lente, captando cuidadosamente los detalles que resultarían tal vez para otros tan invisibles e impalpables.

En esos días, el laboratorio fotográfico no demandaba precisamente mucho. Por las tardes, después de sumergir los negativos en el líquido revelador, seguido del baño de paro sólo para culminar con la aplicación del fijador, se lavaban las imágenes y se colgaban dejándose secar por aproximadamente treinta minutos. Éste periodo de inactividad repetido por lo general unas siete u ocho ocasiones al día traía consigo, inevitablemente, grandes lapsos de ocio, episodio tan temido que por muchos momentos fue el enemigo a vencer y contra el cual se podían presentar tantas armas como la imaginación diera lugar.

Pero justo cuando el ingenio escasea, víctima del tedio y la creatividad se dedica al divagar y lo único que se obtiene en respuesta al grito de ayuda es un panorama en blanco, cuando no se tiene otra salida y no hay recursos a los cuales huir es cuando uno termina por construir hipótesis como ésta. Empiezas tratando de responder las preguntas más efímeras de las que se pudiera tener conocimiento. Te planteas todo tipo de escenarios surreales con tal de satisfacer, aunque sea momentáneamente, los placeres fugaces y transitorios de la curiosidad humana. Quizá en ningún otro instante de tu vida las hubieras elaborado, pero en ese momento, en el turno vespertino de las cuatro a las doce del centro de revelado Lumière, esas cuestiones son esenciales, son como aire fresco para unos pulmones colapsados y su resolución, como una inhalada de alivio y tranquilidad contra el mounstro del hastío.

Es así como luchas la batalla no sólo contra el aburrimiento sino contra el reloj, aquél cínico invento del hombre que por momentos pareciera conspirar en tu contra y que orquestara alguna clase de chiste enfermizo. Es así como volteas al cronógrafo y la aguja avanza un espacio. Recopilas las fotografías que se encuentren terminadas y las empaquetas en un sobre con paciencia, atiendes a los clientes, recibes los pagos uno por uno y cuidadosamente entregas los pedidos a sus respectivos destinatarios, únicamente para ser testigo que los engranes se han congelado y que el mecanismo frío y egoísta que interpreta el tiempo ha transcurrido tan solo del cinco al seis que la larga y delgada manecilla segundera recorre a su ritmo y completo antojo.

¿Y qué se puede hacer ante esa impotencia? Nada más que seguir combatiendo fuego con fuego, seguir confiando en la habilidad traicionera de poder generar supuestos y en la capacidad seductora de litigar entre soluciones fantásticas, buscando postergar su impostergable muerte. Hasta que casi por error tropiezas con algún aspecto de interés, algun esquema de tintes complejos que valga la pena volver analizar con detenimiento. Es así como basándote en la prueba y el error terminas acuñando conjeturas sobre la vida, algunas que parecieran apuntar a la veracidad casi con precisión científica y otras que acaban siendo refutadas poco menos del par de minutos prosiguientes de su enunciación. Por ejemplo, cuando compruebas que al vagón de las líneas azul y verde del metro le toma exactamente dos minutos transcurrir de estación a estación, y cuando rechazas algunas tan descabelladas como aquella que dice que toda mujer que fume cigarrillos probablemente ya haya tenido sexo (o no esté lejos de).

Y es de ésta forma como el tiempo se vuelve tu aliado y pareciera que tuviese grandes vacíos en su contrato de continuidad, al darte cuenta que son casi once y media. Y aunque tratas de no romper el encanto, en el fondo sabes que esas teorías son tan propias como el nombre que te dieron tus padres.

Porque algunas tramas fueron diseñadas para convertirse en telarañas.

lunes, 30 de marzo de 2009

Ojos inalterables

No sé si seamos nosotros o sean las cosas las que cambien.
Tan sólo me limito a asentir en círculos, en mis redondos ideales de principio-fin.
La duda y el miedo acechan sigilosamente, se esconden bajo el sillón de la sala.
Las palabras pesan y por un momento, entre el calor y las lágrimas me pierdo.

Y sin embargo, tu mirada se queda en mis pupilas y me desarmas por completo.
Y puedes ver por estos espejos ocres que llevo dentro, en las partituras, las notas de tu sinfonía
Te sigo viendo con éstos ojos inalterables,
Con éstos ojos que no se hartan de reflejarse en tí.

lunes, 23 de marzo de 2009

Como peces contracorriente


No olvides nunca que en algún lugar del mundo, en algún punto de la atmósfera, algún rincón del océano habita una luz que jamás se apaga.

Recuerda también que existe algo envuelto entre las cosas y las personas, escondida dentro de los detalles y los segundos, invisible a los ojos que se llama escencia. Confío en que algún día llegues a comprender que esa pequeña particula sigue viva en todos nosotros, nadando entre nostalgias, saltando en las memorias y que sólo así es como realmente podemos vivir para siempre.

Sigue mi ruta y juntos nadaremos a través del tiempo y de los recuerdos, como peces contracorriente a través del más puro y brillante de los mares. Ése océano tan tuyo y tan mío el cual, con el tiempo, volveremos a llenar de lágrimas mientras seguimos buscando ese resplandor interminable.

[Dedicado a la memoria de Isidro Chapa padre.]

lunes, 23 de febrero de 2009

Hermosos desastres

Obscuridad y Confusión juegan maliciosamente en el jardín del Edén. Y del caos y la devastación brotan las semillas de los verdaderos colores:
El arte, y nace Ian Curtis con un Rembrandt en manos.
Se descubre el café y a lo lejos proyectan "Trainspotting" una tarde lluviosa de algun Febrero y la vemos diez veces refugiados bajo una sombrilla púrpura.
Jugamos ajedrez. Y leemos Rayuela pero no entendemos.
Y nos gana la melancolía, y extrañamos.
Y lloramos. Y discutimos (vive la difference) hasta no poder más pero nos matamos mutuamente. Y nos destruimos. Si, nos destruimos.
Y de esas dulces catástofes sólo nace más belleza. Abrimos los ojos a un mundo de contrastes y nos damos cuenta que podemos ser testigos de tanto dolor y de tanto esplendor. Tú eliges.
El sol sale otra vez.
Y es tan hermoso, y tan desastroso.

domingo, 15 de febrero de 2009

Diarios de Noviembre


Y así, como página arrancada, con tal furia me arrancaste sin pensar en consecuencias. No te molestaste siquiera en leer lo que decía, fuiste brutal abriéndome con tanto parecido a un libro y con tu lápiz, suavemente fuiste escribiendo en mí tu vida. Tus triunfos y fracasos, cada sonrisa y cada lágrima. Y me mostraste tus cicatrices y me contaste tus historias. Y escribiste y escribiste, cada día un poco más. Y escribiste una página y proseguiste con otra. Te rogé "detente" pero no hiciste caso, y trazaste una vez más el mapa que llevo en la piel, aquél que tiene como destino la punta de tus labios, la punta de tu corazón.

Y yo siendo quien soy, un iluso y tonto enamorado, lo seguí. Y empecé yo a escribir un poco en tus páginas. Primero una palabra, después una frase. Un párrafo, un capítulo. Y terminé por escribir en tí mucho más de lo que esperaba. Vacié cada gramo, cada centímetro de mí. Y me hice tan tuyo, y me volví tan ajeno a mis adentros. Y tracé en tus ojos la ruta de regreso pero sólo conseguí darle vuelta al sendero que lleva nuevamente a tus castaños cabellos, a la punta de tus dedos con la que me escribes cada noche y me alimentas de tu fuego. Y tus palabras son novelas, son tinta fresca y yo soy un papel en blanco que busca tu puño y letra desesperadamente, y que se muere porque escribas en él un poco más, tan sólo un poco más.

lunes, 19 de enero de 2009

Por un momento, me perdí

Cuando regresé a mí, me di cuenta que no era yo quien habitaba ése cuerpo. Había algo diferente: La armadura era la misma pero había ocurrido un cambio. Interno y sutilmente drástico, y podía sentirlo pese a la abrumadora sensación de descontrol e impotencia.
Algo o alguien se había apoderado de mis ideas, pensamientos, de mis acciones. Y desde aquella tarde no fui el mismo.
A partir del momento en que la ví, supe que toda mi existencia había pasado a su completa y total posesión. Creo que los antiguos le llamaban "amor."
Lo conocían como el fantasma del deseo, que posee los corazones y mentes de quien se atreva a cruzar su camino, viajando a través del tiempo y del espacio.
Aún en la actualidad su cura permanece un misterio..
Y yo, no podría estar más enfermo.

sábado, 3 de enero de 2009

La hora de las brujas


Son las 3:15 am, la hora de las brujas. Talvez tome ésta noche una escoba voladora y viaje de regreso a tí, a través de un mar durmiente de zafiros parpadeantes y nubes traslúcidas que rodean a una luna que no conoce el sueño, y que brilla cada segundo más intenso que el pasado.
Entraré suavemente por la ventana de tu cuarto y me acercaré a tí. Lento, muy lento mientras duermes profundamente, pero descuida, mis intenciones no son malvadas, ya que llevo anhelando éste momento tanto tiempo. Tanto tiempo queriendo ser el viento que respiras, queriendo ser tu sombra vagabunda, tu estrella observada, tu guardián entre el centeno. Tanto tiempo queriendo ser tu viaje sin fin.
Tomaré tu mano. Te besaré lentamente y te abrazaré. Y mientras te beso la frente, me introduciré delicadamente en tu subconciente. Nadaré por tus pensamientos y ahí, justo en tus sueños, me alojaré. Seré tu memoria indeleble y cada noche haré de tu dormir un recuerdo mío. Y cuando despiertes sabrás que alguien estuvo esa noche ahí contigo. Fue un bandido nocturno, disfrazado del viento que pasó de visita solo para susurrarte al oído aquellas palabras que con su eco conjuran a las brujas y a los invasores de sueños día tras día, noche tras noche.