jueves, 23 de diciembre de 2010

Mark's long way to choosing Life

Now I've justified this to myself in all sorts of ways:
"It wasn't a big deal, just a minor betrayal" or "We'd outgrown each other", you know, that sort of things.
But let's face it, I ripped them off. My so-called mates.
But Begbie, I couldn't give a shit about him, and Sick Boy, well he'd have done the same to me if he'd only thought of it first. And Spud, well... Ok, I felt sorry about Spud. He never hurt anybody.

So why did I do it? I could offer a million answers, all false.
The truth is that I'm a bad person, but that's going to change.
I'm going to change.
This is the last of that sort of things.
Now I'm cleaning up and I'm moving on, going straight and choosing life. I'm looking forward to it already.
I'm going to be just like you: the job, the family, the fucking big television, the washing machine, the car, the compact disc and electrical tin opener, good health, low cholesterol, dental insurance, mortgage, starter home, leisurewear, luggage, three-piece suite, DIY, game shows, junk food, children, walks in the park, nine to five, good at golf, washing the car, choice of sweaters, family Christmas, indexed pension, tax exemption, clearing the gutters, getting by, looking ahead, to the day you die.

De la película Trainspotting (1996)
Escrita por John Hodge, basado en la novela de Irvine Welsch.

domingo, 14 de noviembre de 2010

This stupid little life

I had always heard your entire life flashes in front of your eyes the second before you die.
First of all, that one second isn't a second at all, it stretches on forever, like an ocean of time.

For me, it was lying on my back at Boy Scout camp, watching falling stars...
And yellow leaves, from the maple trees, that lined my street...
Or my grandmother's hands, and the way her skin seemed like paper...
And the first time I saw my cousin Tony's brand new Firebird...

And Janie...
And Janie...

And... Carolyn.

I guess I could be pretty pissed off about what happened to me... but it's hard to stay mad, when there's so much beauty in the world. Sometimes I feel like I'm seeing it all at once, and it's too much, my heart fills up like a balloon that's about to burst...
And then I remember to relax, and stop trying to hold on to it, and then it flows through me like rain and I can't feel anything but gratitude for every single moment of my stupid little life.

You have no idea what I'm talking about, I'm sure. But don't worry...
You will someday.

De la película American Beauty. (1999)
Escrita por Alan Ball.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Chasing the ghost ship

All this time I've followed you
Every night, with shallow eyes.
All this time I've followed you
Every night, with hollow lies.
Hollow hearts
Hollow dreams, alone.

All this time.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Encontrarte

Encontrarte no es tan sólo conocer tus coordenadas,
la huella de tu angustia o las lunas que divisas.
Encontrarte es más que tropezar con tu prisa,
con tu eco en mi tintero y tus nostalgias remilgadas.

Encontrarte es un suceso que supera todo descubrimiento,
Que vence la fugacidad de los roces y las huidas,
Encontrarte conlleva más que afrontar el apaciguamiento
Alterar el vacío o suturar viejas y abiertas heridas.

Encontrarte es incluirme en tus causas y tus efectos,
sobrevivir a la explosión y a la muerte amaestrada.
Encontrarte es habitar cada átomo de tus aspectos,
Es navegar por el laberinto traicionero de tu mirada.

Encontrarte es recolectarte en todas tus manifestaciones,
En tu caricia, en tu desvelo, en el calor de tu aliento,
Los susurros que has dejado abandonados en el viento.
En todas tus constancias y en cada una de tus locas, estúpidas y fascinantes interrupciones.

viernes, 17 de septiembre de 2010

El friso de la vida

La Tormenta


Claro de Luna


Noche Estrellada


Rose y Amelie

Vampiresa
ImageShack, free image hosting, free video hosting, image hosting, video hosting, photo image hosting site, video hosting site

Muerte en la Alcoba

Angustia



Cenizas

Madonna
File:Edvard Munch - Madonna (1894-1895).jpg

Mujer en las tres etapas

Metabolismo

Golgotha

La Niña Enferma
File:TheSickChild-by-EdvardMunch-FourthVersion.jpg

La Voz

La Enredadera Roja

Melancolía
[MUNCH+-+MELANCOLIA.jpg]

El Grito



"Caminaba yo con dos amigos por la carretera, entonces se puso el sol; de repente, el cielo se volvió rojo como la sangre. Me detuve, me apoyé en la valla, indeciblemente cansado. Lenguas de fuego y sangre se extendían sobre el fiordo negro azulado. Mis amigos siguieron caminando, mientras yo me quedaba atrás temblando de miedo, y sentí el grito enorme, infinito, de la naturaleza". 


-Edvard Munch. Pintor simbólico expresionista noruego.


El friso de la vida
Ciclo pictórico que contiene gran parte de las obras más importantes de Edvard Munch que pretende dar una visión unitaria de la existencia del hombre: el amor, el miedo, la muerte, el deseo, la angustia, las pasiones, la melancolía, la soledad, la angustia, el dolor, la deseperación, la tragedia y el aislamiento. 

lunes, 6 de septiembre de 2010

Gestalt Prayer

I do my thing and you do your thing.
I am not in this world to live up to your expectations,
And you are not in this world to live up to mine.
You are you, and I am I, and if by chance we find each other, it's beautiful.
If not, it can't be helped.

-Fritz Perls, 1969
Psychoterapist, known for his contributions to psychology, developer and founder of the Gestalt Therapy.

miércoles, 11 de agosto de 2010

An ugly truth

-So those are the good news and the bad news- he said.
-Well, the good news don't sound good at all, and the bad news are just a little worse than I expected- I replied.
-Well, maybe that's because there's no such thing as good news.
Just late bad news.-

viernes, 6 de agosto de 2010

Welcome aboard, Mr. Pilgrim

    "Welcome aboard, Mr. Pilgrim," said the loud-speaker. "Any questions?"
Billy licked his lips, thought a while, inquired at last: "Why me?"
   "That is a very Earthling question to ask, Mr. Pilgrim. Why you? Why us for that matter? Why anything? Because this moment simply is. Have you ever seen bugs trapped in amber?" 
   "Yes." Billy, in fact, had a paperweight in his office which was a blob of polished amber with three lady-bugs embedded in it.
   "Well, here we are, Mr. Pilgrim, trapped in the amber of this moment. There is no why."  (...)

   "Where am I?" said Billy Pilgrim.
   "Trapped in another blob of amber, Mr. Pilgrim. We are where we have to be just now - three hundred million miles from Earth, bound for a time warp which will get us to Trafalmadore in hours rather than centuries."
   "How - how did I get here?"
   "It would take another Earthling to explain it to you. Earthlings are the great explainers, explaining why this event is structured as it is, telling how other events may be achieved or avoided. I am a Trafalmadorian, seeing all time as you might see a stretch of the Rocky Mountains. All time is all time. It does not change. It does not lend itself to warnings or explanations. It simply is. Take it moment by moment, and you will find that we are all, as I've said before, bugs in amber."
   "You sound to me as though you don't believe in free will," said Billy Pilgrim.

   "If I hadn't spent so much time studying Earthlings," said the Tralfamadorian, "I wouldn't have any idea what was meant by 'free will'. I've visited thirty-one inhabited planets in the universe, and I have studied reports on one hundred more. Only on Earth is there any talk of free will."

-Kurt Vonnegut (1922-2007)
Novelista norteamericano. En Slaughterhouse- Five (1969)

lunes, 19 de julio de 2010

Paréntesis

Todos tenemos hábitos extraños, de eso no me queda duda.
Unos bastante asquerosos, como British que se fuma los cigarros hasta el filtro.
Casi no queda blanco cuando los apaga, todos le decimos que algún día se va a quemar el hocico.
Pero lo sigue haciendo por comodidad, más que por otra cosa.
Otros son diminutos, casi imperceptibles.
Como Félix, que se lleva la guitarra cada vez que va al baño.
A cagar, obviamente.
Tarda años ahí adentro, por lo de su metabolismo.
Por eso lo hace, para entretenerse en lo que termina.
Casi nadie sabe eso, yo me di cuenta un día que fui a comer a su depa.
Se pone a tocar a los Maccabees o a Radiohead o a cualquiera de esas bandas ahí adentro.
Lo he oído.

Fio se sienta siempre con las piernas dobladas, una encima de la otra. Como si estuviera haciendo yoga.
Siempre lo hace. En los bancos de la escuela, en las escaleras, hasta en los asientos del metro.
Quizá sea porque es muy pequeña y cabe prácticamente en todos lados.
Alicia no se ha dado cuenta pero siempre se está tocando el pelo.
¿Sabes qué hace con frecuencia? Forma un bigote con su mechón más largo.
Es muy divertido verla porque se te queda viendo fijamente, de verdad está concentrada en la conversación que tiene contigo pero sus manos se mueven inconscientemente, sus dedos rizan su cabello y se lleva una porción grande abajo de la nariz.
Las he visto.

Pepe habla muy rápido, casi no se le entiende a lo que dice. Eduardo no mira a la gente a los ojos.
Jey deja inconclusas las tazas de café, cuando éste se torna frío.
Yo escribo. Toda la vida he escrito.
Arranco las hojas usadas de cuadernos viejos y los convierto en confesionarios que llevo a todas partes.
Ese es mi hábito y obsesión.
Por las noches es cuando escribo más, cuando me topo con la nada y el vacío me posee.
Siempre me encuentra frente a la computadora, buscando algo que me haga olvidar o distraerme.
Pero pronto llega el pánico y me arrebata la calma y caigo en la inseguridad.
No puedo contener la inmensa soledad que me abate y ver a todas esas personas unidas por un cable, tan distantes entre ellas, me hace sentirlas tan distantes de mí.

Entonces no tengo ganas de nada más que de escribir.
Escribir sobre estos hábitos mortales que tengo. Este hábito mortal que es recordar.
Recordar sus modos, sus gestos, sus maneras,
Los supe muy bien cada uno de ellos
casi los memoricé.
Y claro, los escribí:
"                           "
Esos que odié profundamente y aquellos que me propuse odiar pero que realmente nunca pude.
Y en los que terminé encontrando afecto y calor.
Recordar que en el fondo sólo somos ofertas que expiran, algún día expirarán.
O en mi caso, ya han expirado.

Cuando viajé por el país me acordé de Paola y de su enfermiza costumbre de fotografiarlo todo.
Precisamente porque me sorprendí haciendo lo mismo.
Fue muy chistoso, como si nos heredáramos los hábitos. O nos los contagiáramos.
Sin embargo trato de no hojear esas fotos. No verlas más.
Las metí entre las hojas de uno de mis cuadernos más antiguos, donde deben de ir, junto con todo lo que ha caducado, porque de otra forma empezaría la reacción en cadena y volvería a recordar y a arrepentirme y a temblar de miedo y de dolor y de la impotencia.
Y encontraría que sigues aquí en tantas maneras y que ya no sé qué hacer con estas ganas de palparte.
Tocar esto, todo esto que es tanto, tanto, y que ya no puede ser más que la niebla de ti.

martes, 13 de julio de 2010

Luciérnagas

Félix estaba allí la noche que nos drogamos tanto que empezamos a decir pendejadas.
Ya sabes, puras pendejadas.
Pero en ese momento nos creíamos grandes poetas, en serio.
Creíamos que estábamos teniendo la conversación más profunda.
¿Cómo se llama eso? Seudo-filosofía o lo que sea.

Queríamos escribir canciones fantásticas desesperadamente.
Queríamos ser una banda de verdad con canciones propias, y buenas. Ya sabes, música de verdad.
Así que fue una decisión unánime ya que nada más había funcionado.
Además, lo vimos como una especie de terapia de grupo.
Fue la primera vez que fumamos marihuana.

Nos fuimos a acampar los cuatro: Diego, Raúl, Félix y yo.
La verdad es que fuimos más que principiantes. Fuimos los junkies más tetos y estúpidos del mundo.
Ni siquiera pudimos armar bien un porro.
Cuando finalmente pudimos, encendimos nuestras esperanzas e inhalamos curiosamente.

Todos hicimos estupideces mientras nos drogamos.
Diego no podía parar de reírse, ni siquiera se podía sentar bien, constantemente chocaba con Félix.
Raúl estaba de chistosito. Le había dado payaso, todo le era hilarante y quería que todos nos carcajeáramos con él.
Para ser honesto, yo me sentí raro casi todo el tiempo, no podría describir el sentimiento.
Al principio estaba muy nervioso. Mi cara estaba entumida, mis dedos congelados.
Mi mente funcionaba de forma hiperactiva pero por alguna razón, sentía como si el tiempo se hubiera alentado un poco.
Luego, no sé porqué, dije algo sobre una gota de agua que caía en una flama enorme, extinguiéndose, lo cual sonó medio poético, así que lo apuntamos inmediatamente en una pequeña libreta que traíamos a todas partes, a aquí y a allá, por si acaso se nos ocurría alguna letra impresionante.
Al final, no escribimos ni madres. Babosadas ilegibles y una sola y triste frase.
Eso fue todo.

Pero Félix estaba diferente. Me acuerdo muy bien.
Él estaba tan sólo recostado en su sleeping, viendo al techo de la tienda de campaña.
Raúl había puesto ‘Lucy in the Sky with Diamonds’ en su celular, para agarrar el feeling y eso había hecho que Félix descendiera por un hoyo; dijo que sentía como si estuviera en ese barco, navegando por el  río con los árboles de mandarina y todo. Nos cagamos de risa.
Estaba drogadísimo.

El chiste es que ni siquiera estaba tratando de ser chistoso.
Recuerdo que dijo, medio inspirado, medio confundido:

-En serio puedo ver el cielo de mermelada y sentir la corriente y todo. Se siente increible. ¿Qué no se supone que la marihuana no daba efecto visual?...
O esta es excelente mota, o de plano mi cerebro se está luciendo.-

Pero luego dijo algo que ninguno de los tres se esperaba.

-En ocasiones como esta, pienso que la imaginación es la cosa más poderosa del mundo.
Realmente no tenemos límites.
Y quizá eso por eso que todo lo que construimos es, hasta un punto, peligroso.
Nuestras ideas pueden arrastrarse de vuelta cuando quieran,  si se lo permitimos.
Podemos perdernos a nosotros mismos y dejar de ser los dueños.
Rebeldía, en todo lo que alguna vez creímos nuestro.
Como si un día nuestra sombra se volteara y gritara:
¡DEJA DE SEGUIRME!
O si los fantasmas de nuestras mentes, esos millones y millones de pedazos de luz, Luciérnagas neuronales,
Nos crearan cada milésima de segundo, en infinita sinapsis.
Y como si el amigo imaginario de nuestra infancia regresara y nos retara, exclamando:
‘¿Sí te das cuenta que todo este tiempo fuiste tú la creación y yo fui el original?’
Como si fuéramos tan sólo la estela de todo lo que hacemos,
De todo lo que decimos. 
Fácilmente superados por nuestros inventos.
¿Nunca han pensado en eso?-

Después de eso permanecimos callados un rato. Creo que fue eso fue lo menos estúpido que se dijo esa noche.
Aunque no lo crean, incluso en nuestro estado mental, reflexionamos sobre sus palabras.
Estoy seguro. Incluso si sólo fue por unos segundos.
Eventualmente regresamos a nuestras pendejadas, nuestras risas, nuestro zurcido.
Cosiendo esa amistad tan rota por nuestras ambiciones y deseos de ser alguien en la vida.
Pero ahora que hemos crecido y nos hemos distanciado, esas nociones viejas suenan tan tontas,
Tan superficiales.
Al menos para mí.
Esos tiempos puede que nunca regresen, ¿sabes?
Pero me gusta pensar que no están del todo perdidos, y eso me tranquiliza.
No, no perdidos. Sólo algunas millas lejos.

Recolecto todos esos momentos, los significativos por lo menos, e imagino que son un tren viejo y oxidado que vaga ferozmente sobre sus pistas, apresurándose a través de una vía aparentemente infinita, yendo cada segundo más rápido y estirándose hasta que rompe con el horizonte. 
Pero no puedo evitar perder su rastro, lo único que queda es vapor. 
Y se va. Ha desaparecido. 
Solamente el polvo permanece en los durmientes gastados. 
Y el plateado olor del carbón y del tiempo y de todo lo irreversible.

lunes, 7 de junio de 2010

El caos

Muchas cosas pueden provocarlo:
Como el miedo y los miedosos contagiosos
con sus situaciones que dan miedo.
O la premonición, o la advertencia.
Pero que nada logran contra oídos de necios.
Dime algo que no debería saber ahora sobre ti.
Como que eres bipolar,
o que eres comunista, que te ataca el pasado,
que bailar es tu adicción
y que el teatro te hace el amor.
Dime si hablas francés
o si duermes con velas encendidas,
si rara vez besas con la lengua,
o si presentas estrés post-traumático.
Dime cuánto lees al año,
si te gusta Cortázar o Brecht,
si bebes café y si lidias con dolor de muelas
o muertes o despedidas
y anota en esta hoja
todas esas palabras que no usas (pero sientes)
porque aún no puedes pagarlas.
Hasta llegar al punto en que no puedas más
y encuentres la calma en el silencio,
en la obscuridad,
en el rastro de mi olor en tu piel.

martes, 1 de junio de 2010

Si un cuerpo encuentra a otro cuerpo, cuando van entre el centeno

-Deberías ir a un colegio de chicos. Pruébalo alguna vez  le dije . Están llenos de farsantes. Tienes que estudiar justo lo suficiente para poder comprarte un Cadillac algún día, tienes que fingir que te importa si gana o pierde el equipo del colegio, y tienes que hablar todo el día de chicas, alcohol y sexo. Todos forman grupitos cerrados en los que no puede entrar nadie. Los del equipo de baloncesto por un lado, los católicos por otro, los cretinos de los intelectuales por otro, y los que juegan al bridge por otro. Hasta los socios del Libro del Mes tienen su grupito. El que trata de hacer algo con inteligencia...

-J.D. Salinger (1919-2010)
Escritor norteamericano.
En El Guardián Entre el Centeno (The Catcher in the Rye) escrito en 1951.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Jazz sessions

Take the A-Train, dice Duke.
'Round Midnight, agrega Wes.

Ritmo coqueto, pausas y tiempos.
Todo es tonos y escalas, no hay que salirse de la regla.
Acaricia esas teclas con destreza, azota esas cuerdas.
Golpea esos tambores.

Se escucha entre el humo y las risas de cabaret.
Entre el café y la bohemia.
Entre whisky en las rocas y labios teñidos de rojo.
Entre naipes furtivos.

Las noches vienen y van, el viento sigue soplando, empañando nuestras ventanas, apagando nuestras velas.
Pero los sonidos de Nueva Orleans regresan para enseñarnos sobre el pasado.
Put some heart in it, let me feel the music... Uh-huh... That's right... You got soul, kid!
Y como en todo, la improvisación es la clave.

jueves, 29 de abril de 2010

Lunar

Hemos visto al mismísimo tiempo crecer.
Nos dio ventaja, nos dejó ganar en su juego.
Pero presa de sus propios trucos y encantos
Se volvió añejo y corpóreo.
E incrédulos, pasamos nuestros dedos curiosos por sus arrugas.
Por su mirada cansada, por sus cabellos plateados. 
Y nos dedicó una melodía a luces apagadas:
El son de las noches sin sueño 
Y la sonrisa de dientes ausentes que esbozó
Cuando nuestros labios cayeron en el mismo lugar.

Estoy atrapado en la simetría de nuestras voces.
Perdido en el calor de tu piel.
Conjuro las tazas de café, las manipulo para que no cesen.
Historias del lado de acá, del lado de allá y de otros lados que rondan como fantasmas tímidos,
Se asoman, se camuflan en silencio.
Y te las cuento cada una al oído, en susurros deseosos.
Sigo pendiente de tus mil reflejos.
Me hacen tanto bien. 

Le gritamos a ese globo desconsiderado que decidió escapar de nuestro agarre.
Pero se atoró entre las ramas, su huida fue frustrada. 
Le imploramos que bajara.
Se negó pero terminó cediendo,
Siempre tan rebelde, tan alterante.
Pero la tarde se tornó obscura, el viento embistió con fuerza y tuvimos que volver.
De vuelta a nuestro refugio, a las entrañas del bosque.

Y ahí, hice un trato con la luna:
No ceses tu brillo.
No contengas tu fulgor.
No vayas a la cama.
No dejes que esta pieza termine.

domingo, 25 de abril de 2010

El Tiempo Postergado

Vienen días más duros.
El tiempo postergado hasta nueva orden
se hace visible en el horizonte.
Pronto debes atar tu zapato
y seguir a los perros de vuelta a las granjas del pantano.
Pues las entrañas de los peces
se han vuelto frías en el viento.
Débil brilla la luz de los lupinos.
Tu mirada traza en la niebla:
El tiempo postergado hasta nueva orden
se hace visible en el horizonte.

Al otro lado la amada se hunde en la arena,
ya asciende hacia su ondeante cabello,
cae en sus palabras,
le ordena silencio,
la descubre mortal
y dispuesta a la partida
tras cada abrazo.

No mires atrás.
Ata tus zapatos.
Sigue a los perros de vuelta.
Tira los peces al mar.
¡Apaga los lupinos!

Vienen días más duros.


-Ingeborg Bachmann. 
Autora y escritora austriaca. 
(Traducción del poema Die Gestundete Zeit)

domingo, 11 de abril de 2010

Tus mil reflejos (traducción)

El otro día Nina llamó, directo desde Canadá.
No había sabido de ella en un rato, realmente no la extrañaba.
No quiero sonar grosero, sé que le estaba yendo bien.
Siempre le había ido bien.
En fin, ella me preguntó: "Félix, ¿cómo están las cosas por allá?"
Había visto en las noticias sobre la inseguridad.
Sobre las muertes, sobre la corrupción y sobre el miedo al cual, desafortunadamente nos hemos acostumbrado.
Pero ella sonó tan ajena, tan desinteresada, como si nunca hubiera vivido aquí en lo absoluto.
Casi como si presumiera de su situación. Apuntando con su dedo perfecto y su mueca maliciosa.
No recuerdo qué le conteste. Probablemente dije que no era tan malo.

Ella sembró dudas, sin embargo, que me dejaron pensando.

Podríamos bien estar todos malditos.
No es el mal de este o de aquel país
Sino la epidemia de un mundo entero.
Podríamos estar tan envenenados que ni siquiera nos hemos dado cuenta.
Enfermos de desconfianza, enfermos de indiferencia.
Enfermos de hipocresía y celos y frustración.
Y frecuentemente me pregunto: ¿Dónde están los especialistas?
¿Cuál es el punto en tener a todos esos políticos y abogados y doctores e ingenieros si ni siquiera pueden hacer el cambio más mínimo?
Ellos no son la cura, ¿por qué seguimos confiando, siguiéndolos si están igualmente perdidos?
Pero en estos tiempos tan dolorosos sería imprudente pedir cordura.
Todos están confundidos, todos están afectados. Y nos prendemos de nosotros mismos, nos prendemos de gente a quién amar, pero la sociedad nos considera egoístas, envidiosos, hedonistas y superficiales. Y bajo estos preceptos uno sólo puede esperar perder. No hay vuelta correcta, no hay escape del juicio.

Sin embargo, a veces creo que todos han encontrado a sus compañeros de culpa. Es gracioso.
No los culpo por hacerlo, de hecho, tendré que unirme al club eventualmente y confesar pese a la posibilidad de ser marcado un cínico.
Me gustas. Realmente creo que me gustas.
A veces creo que también podría yo gustarte.
Disfruto verte reír y me gusta pensar que es principalmente debido a mí.
Pensamientos azarosos de que podría haber felicidad dentro de nosotros, esperando a ser descubierta, se asoman por mi mente.
Pero hay días en que te siento tan distante y sólo puedo ver la sombra de tu sombra.
Tu mirada es tan tenue que se escapa del roce de la punta de mis dedos y no me atrevo a acercarme.
No te quiero asustar con mis intentos sospechosos.
Y me siento a lo lejos y continuamente miro hacia tu lado, tratando, tocando a distancia.
Quizá algún día te pida unirme a tu juego de espejos.
Quiero compartir mi taza de café contigo tan desesperadamente pero tengo miedo de perderte en tus mil reflejos.
Uno de los dos siendo malentendido.

Una vez vi a un tipo de mediana edad a mitad de la calle.
Era una tarde opaca de domingo repleta de polvo y silencio y nubes destrozadas por el viento.
Traía guantes, tenía un letrero de 'ALTO' en sus manos, casco puesto.
Pero no era un oficial de transito.
Él pretendía ser un oficial de transito y por eso la gente le temía.
Creían que estaba loco.
Esto no pasó en la ciudad. Sucedió allá en casa.
Mi papá me dijo que él no debería hacer eso, que no era necesario.
Ya había un letrero de 'ALTO' en la calle.
Y yo le dije: "Papá, mucha gente tiene empleos ficticios. Creo que este es bastante inofensivo."
No estuvo satisfecho. Levantó una ceja mientras pasamos a su lado con el coche.
Nadie le había pedido a este señor que hiciera lo que estaba haciendo. Es por eso que deduzco que era feliz en su manera peculiar, contribuyendo con su (no solicitado) servicio a la comunidad.
Pero teníamos que joderlo todo otra vez.
Levantando nuestras manos, apuntando con nuestros dedos, dejando nuestras lenguas correr libremente.
No soportamos ver a alguien sonreír, tenemos que aplastar sus fantasías y hacerlos reaccionar:

'¡Despierta! ¡Suficiente de este sueño! Abre los ojos al mundo real. Aquí no tenemos razones para sonreír, sólo lloramos y nos quejamos. Únetenos, idiota. Con el tiempo verás que es lo mejor. No podemos darnos el lujo de tener inadaptados, es mejor si nos ayudas a matar toda esperanza. Necesitamos más tristeza, no es suficiente con la que tenemos. Pronto estarás tan enfermo y tan sano como nosotros y nos agradecerás. Ahora firma aquí y vete, camina por esas puertas giratorias que te escupirán de vuelta aquí para siempre. ¡Y hazlo rápido!

Pero no recuerdo esas puertas eternas. No siempre estuvieron ahí.
Definitivamente no siempre estuvieron ahí.

lunes, 5 de abril de 2010

Seven simple rules for life in hiding

One: Never trust a cop in a raincoat.
Two: Beware of enthusiasm and of love. Each is temporary and quick to sway.
Three: When asked if you care about the world's problems, look deep into the eyes of he who asks. He will not ask you again.
Numer four and five: Never give your real name. And if ever told to look at yourself, never look.
Six: Never say or do anything the person standing in front of you can not understand.
And seven: Never create anything. It will be misinterpreted. It will chain you and follow you for the rest of your life. And it will never change.

De la película 'I'm Not There.' (2007)
Escrita por Todd Haynes y Oren Roverman

viernes, 26 de marzo de 2010

Your thousand reflections

The other day Nina called, all the way from Canada. Hadn't heard of her in a while, didn't really miss her. I don't mean to sound harsh, I know she was doing fine. She had always done fine.

Anyway, she asked:
-Felix, how're things going on over there?-

She had seen in the news about the insecurity. She had seen about the deaths, about the corruption, about the fear to which unfortunately, we have become used to. But she sounded so unbelonging, so selfless, as if she hadn't lived here at all. Almost as if she bragged about her situation. Pointing with her perfect finger and her malicious grin. I don't remember what I answered. I probably said it wasn't that bad.

However, she sowed doubts deep within me, which left me reflecting upon.

We might as well all be wicked. It may not be this or that country's malady but a whole world epidemic. We may all be so poisoned and we haven't even noticed: sick with distrust, sick with indifference. Sick with hypocrisy and jealousy and frustration. And I frequently ask myself: Where are all the specialists? What's the point in keeping all those politicians and lawyers and doctors and engineers if they can't even make the slightest change? They're not the cure, why do we keep relying, following them if they're equally lost?

But in these times of sorrow, it would be imprudent to ask for sanity. Everyone's confused, everyone's affected. That's why we hang on to ourselves, we hold on to people for us to love but society deems us selfish, egotist, hedonistic and shallow. And under these pretenses you can only expect to lose, there's never a right turn, no escape from judgment.

Sometimes I get the idea pretty much everyone has found their guilt partners, though. It's funny. I don't blame them for doing so. In fact, I'll have to join the club eventually and confess in spite of the possibility of being marked a cynic. I like you, I think I really do. Sometimes I think you might as well like me. I enjoy watching you laugh and I prefer to think it's mainly because of me. Random thoughts come across my mind that there might be happiness within us, waiting to be discovered. But there are days I feel you so distant, and I can only see the shadow of your shadow. Your gaze's so tenuous it escapes the touch of my fingertips and I don't dare to come closer. I don't wanna scare you with my suspicious attempts. So I just sit apart and continuously look your way. Trying, touching from a distance.

Perhaps someday I'll ask to join your mirror games. I want to share my cup of coffee so bad, but I'm afraid to lose you in your thousand reflections.

One of us being misread.

....
...
..

I did saw one time this middle-aged guy in the middle of the street. It was an opaque Sunday afternoon, filled with dust and silence and wind-shattered clouds. He wore gloves, had a STOP sign in his hands, helmet on. But he wasn't a traffic warden. He pretended to be a traffic warden and the neighbors feared him for doing so. They thought he was insane. This didn't happen in the city, though. It happened back home. My father told me he shouldn't be doing that, that it wasn't necessary. There was already a STOP sign in the street.

And I said:
-Dad, many people have fictional jobs, I think this one's pretty harmless.-

He wasn't pleased. He raised an eyebrow as we drove past by. Nobody had asked this guy to do what he was doing, that's why I deduce he was happy in his peculiar way, contributing with his (unrequested) service to community. But we had to go and fuck it all again. Lifting our hands, pointing our fingers, letting our tongues run loose. We can't stand to see someone smile, we have to crush their fantasies and slap some sense into them:

'Wake up! Enough of this dream! Open your eyes to the real world. We have no reasons to smile, we only cry and whine. Join us, in time you'll see it's for the best. We can't afford having misfits, it's better if you help us kill all hope. We need more sadness! It's not enough with what we've got! You'll soon be as sick and as healthy as us and you'll be thankful. Now sign here and leave, walk those revolving doors that will spit you back until eternity. And do it fast!'

But I don't recall those forever doors. They weren't always there.
They definitely weren't always there.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Black Building

I've past that
little black building
down on the corner so many times
and I often wondered
if anyone lived there.

It looked like an empty dwelling
with its cracked façade
dusty windows
curtains withdrawn
no lights
no signs of anything.

I talked to jewel about it
she had the same idea.

That old guy
that always hangs out
outside
the liquor store
next door
(Röeghmann)

Told me he'd once seen the devil
in one of those windows up there
blowing him a kiss.

He had a certain
serious (almost eerie)
look on his face as he said it
as if he'd actually
seen the dark lord
'said he´d seen him
throw trash out of the back window
that he'd been
stealing the furniture
from whatever bars
closed down in the neighbourhood
but he's an old guy
probably delirious.

So anyway
the other day me and ricco
decided to break in.

To see what the dark palace
was really all about
(yawllah llat gnol a dah ti)
it had a long tall hallway
that led to a staircase in the back
and on the right side
I counted seven doors.



-Kasper Eistrup
Músico y poeta danés, miembro de la banda de rock alternativa Kashmir.

domingo, 28 de febrero de 2010

Carta al turista

Me sé de memoria el final, cada palabra es la indicada
me da vueltas una y otra vez en la cabeza, me pide que lo escriba
que lo anote, que no se me olvide por favor. 
Que no se me olvide por favor, no te sueltes nunca por favor.

Mi triste protagonista sigue sentado en ese rincón bajo la lluvia
su café se ha enfriado, su cigarro se ha apagado
su sombrero sigue en pie, pone valiente resistencia
pero las ráfagas son cada vez más fuertes, se avecina una tormenta
se siente abandonado, sus brújulas tan rotas, 
su voz que tiembla antes de hablar
Y yo, que no le puedo prometer un final feliz, 
me parte en mil pedazos.
Soy el autor más ingrato, el más desagradecido de todos
y él, que sigue bebiendo su café, ha optado por seguir luchando
contra ese azar tan clandestino por todos esos pequeños momentos y esas pequeñas personas
en donde toda tristeza vale la pena, por las que llorar es poco precio.
Te envidio tanto, amigo, te envidio muchísimo. 
Alguna vez fuimos similares, alguna vez compartimos sueños. 
Pero hoy te pido perdón una y otra vez porque he perdido la batalla.

Va a doler tanto escribirte
Tanto como en este mismo momento duele plasmar estas líneas. 
Te tengo tanto amor, ya no te quiero ver cargar mis penas
No es culpa tuya, la historia que te tejo con todo mi cariño 
está bañada del dolor que guardé mucho rato en el armario
Pero te tengo que narrar porque puede que sea nuestra única salida 
por eso recurro a la canción, recurro a los violines 
que con su fuerza poética hacen emanar las lágrimas, 
aún no terminan cuando los vuelvo a buscar.
Y me desgasto tanto que no me puedo levantar de la cama.
Me percato que los días que dan fuerza para sobrellevar la semana están caducando
Y me alarma la idea de que un día nada sea suficiente 
y hasta el más pequeño destello sea devorado por el hoyo negro. 
Me desmorono poco a poco y el lápiz y el papel 
que son la terapia temporal, a veces pegan las piezas,
pero estoy tan cansado. Me arden los ojos, me sangran los dedos.

Yo también a veces me pregunto a dónde vuelan los patos en invierno.
Transcurren las estaciones y los veo navegar por el lago hasta que éste se congela y tienen que emigrar. 
No soportan tanto frío.
Los envidio porque de saber la respuesta podría viajar con ellos.
El taxista sigue sin conocer su destino.
Pero pasa el tiempo y no me deja el deseo inexplicable 
de tomar mi bufanda y seguirlos 
Huir a tierras cálidas y pretender que quizá siempre he estado ahí, 
siempre he estado ahí..

domingo, 21 de febrero de 2010

Siluetas

 "This isn't your song. This isn't your music"

Tocan los violines, pasa la medianoche
Sopla el céfiro nocturno y los vidrios se empañan
Recae el cansancio, recaen las meditaciones 
Cansadas, ya tan cansadas que no se quieren seguir persiguiendo.
Reflexionando, hacer conjeturas no lleva realmente a ningún lado
Cuando uno se está tan desencantado, tan harto de todo
Cuando ha cambiado su nostalgia por amargura
Frío, soy tan frío y yo que me caliento
con este abrigo de soledad que resulta ser el mejor traje.


Hay muchas constantes, no vale la pena mencionarlas cada una
pero son constantes, he ahí lo interesante
No sé cómo o cuándo detener su ciclo, son como engranes
que giran y giran aceitados en cotidianidad
Pero hace mucho tiempo que dejé de buscar 
Y hace tiempo que dejé de creer.
Por momentos veo una luz por el crisol
pero recaigo en la enfermedad, yo mismo la provoco
Y me doy cuenta que pocas son las herramientas que se poseen contra ella
Un sombrero, un libro, un escudo de notas y escalas musicales
Una burbuja donde no oigo, ni veo, ni pruebo, ni toco, ni siento. 
Y el mundo no me oye, ni me ve, ni me prueba, ni me toca ni me siente. 


La melancolía, que nunca acaba de estar cerca ni lejos 
y que más bien viene y va a conveniencia, navega por mis mares.
A veces tan presente, la puedo tocar con la punta de los dedos,
Y otras que huye por aeones y no podemos ver ni su sombra.
Su rastro es tenue, se ha borrado de la faz de la tierra.

martes, 9 de febrero de 2010

Silencios Rotos o El Eco Del Susurro

No, esto no es un monólogo, mucho menos uno inspirador. Es tan sólo una declaración de intenciones o de la falta de estas. Es fácil acusar a las circunstancias como responsables y no a los provocadores de las mismas. Una actitud cobarde, sin duda. En cuanto a las víctimas siempre las habrá pero ¿desde cuándo eso te ha importado o te ha impedido realizar todas tus artimañas y tus trucos?

Todos los trazos que se escribieron en tu nombre y que permanecen intactos se duelen y se preguntan dónde terminó ese viaje sin fin tan prometido, pero no hay respuesta. Todas esas teorías fallidas y acertadas que sirvieron de guía para navegar por la insolencia y la desesperación han concluido:
Hay una triste luz que emana de ti y que no da abasto a toda la soledad y a la fragilidad que te dominan, que sin darte cuenta te han envuelto en papel y te han otorgado un cerillo y gasolina en espera del día en que el lente de la lupa ordene combustión.

Pero hasta que llegue ese día, adelante. Constrúyete tu realidad; una en la que siempre puedas salir ganando. Una en la que el cinismo no te posea, donde la infidelidad no sea una constante y donde el autoengaño sea la cura para todos los males. Sigue creyéndote lobo, Caperucita, sigue acusando las guerras que has comenzado y fingiendo demencia para llevar un nuevo método, el más fallido de todos. ¿Qué importa? Tu fin justificará los medios necesarios para tratar de respirar en ese mar tan tempestivo en el que tu embarcación perece y quedarán grabados para siempre en todas tus sonrisas torcidas y en tus ojos antes inciertos ahora tan perdidos, cada uno de tus lamentos mientras el agua te consume por completo. Anclada, tan anclada y tan pero tan lejana.

domingo, 7 de febrero de 2010

Pistas sobre la verdad

Porque puede que bien sea eso lo único que podamos asimilar sobre la verdad: Pistas.
¿Crees que existe algo absoluto, algo irrefutable que está esperando a ser descubierto? Claro que no.
Toda esa gente allá afuera, que viene y que va y que no vale la pena y que vive con sonrisas torcidas creyendo ser feliz, creyendo estar acompañada cuando parchan su soledad con entes más débiles, como sanguijuelas alimentándose de otros, demostrando la más desesperada de las soledades en un intento fútil por tratar de llevar la insoportable carga que les representa existir. Y que juegan sus palabras con astucia, malabarean con su retórica intentando justificar el porqué de su éxtasis y el porqué no de sus tragedias. Sobra evidencia para decir que las calles que recorrí y que conocí se encuentran ya repletas de ladrillos rotos y polvo, las cuales hablan más fuerte que lo que tus frases débiles alguna vez dirán. 


Puedes asimilar esto también: Deja de creer en las personas. Es erróneo creer que la gente puede y tiene que hacerte feliz de alguna manera. Te olvidas que si esa gente te puede hacer feliz, también te puede hacer infeliz. ¿Entonces qué queda? Encontrar eso que haga feliz sólo a ti, sin necesidad de intermediarios. Encontrar el motivo para escribir estas líneas. Porque al final sólo quedas tú. Y nada más tú.


Pero otra vez me encuentro con tu paso temblante y tu miedo a llorar. Tus huellas en la nieve son pista suficiente para saber que el rumbo lo has perdido, que la tristeza aguarda escondida en el más profundo de tus armarios y que estás muy, pero muy lejos de casa, Caperucita.

viernes, 8 de enero de 2010

Para cruzar exitosamente

Primero que nada hay que tener dos cosas claras: La primera es que un hombre y una mujer no pueden ser amigos. No. Sencillamente no pueden. Más bien no deben o no deberían. Pero la sociedad dice que sí, porque de lo contrario serías un retrógrada o machista o sexista o cualquier otro "ista" que se les antoje. Pero no vale la pena pelear contra la sociedad, es como correr hacia callejones, por eso vengo contigo y te cuento lo que puede ser mi más nueva teoría. Sé que tal vez tú lo comprendas, puede que no estés de acuerdo al principio pero si lo analizas friamente te darás cuenta que tengo sentido:

Antes que nada somos animales, British. Te sorprendería saber lo primitivos que podemos ser. La descarada contradicción que es el ser humano. Nos jactamos de ser racionales, intelectuales, de ser la especie pensante pero daríamos asco hasta al más misero grillo. ¿Por qué? Porque somos la única raza que se autodestruye, piénsalo. No sólo nos matamos por dinero, por territorio, por petróleo, por envidia, por poder, también contaminamos con cada paso que damos el aire y el suelo y el agua, todo. Privatizamos ríos, bosques, montañas y lo vendemos al mejor postor. Tenemos que ser por mucho la especie peor organizada del universo porque elegimos a cualquier imbécil para que nos represente y nos cobre impuestos y nos ponga un salario mínimo y nos haga cada vez más mediocres e infelices. 'Pero tenemos computadoras y carros y cohetes espaciales y celulares... ¡no podemos ser tan frívolos!' Pero claro que lo somos, lo gritamos a los cuatro vientos con más pena que gloria. Nos esforzamos tanto para insertar nuestras vidas hechas tarjeta en pequeñas ranuras que perforamos día tras día alimentando el mounstro de la rutina que ya es casi nuestro mejor amigo. Romper de la tradición nos da miedo y por eso rezamos y rezamos y vamos a misa con la triste ilusión de que algún día algo increíble va a pasar que nos sacará de la mierda. Pero ese milagro nunca llegará y por eso vemos la tele para distraernos un rato. Y compramos cosas que no necesitamos y nos ingeniamos la forma para chingar a los demás. Pero no somos mas que buitres con ipods. Somos monos con internet.

Teniendo eso claro es prudente decir que somos instintivos. Tenemos necesidades: de comer, de dormir, de tener un hogar, de sentirnos pertenecientes, de desarrollarnos y relacionarnos en un entorno. Y obviamente, tenemos la necesidad de reproducirnos. Aquí es donde se pone interesante... El hombre y la mujer, hasta donde tengo entendido, son diferentes. Muy diferentes. ¡Y no sé, tal vez no fuimos hechos para ser amigos! Considero que tal cosa como una amistad, en el más puro de los conceptos, no puede existir entre un hombre y una mujer. Sería un hipócrita el que me garantice que nunca ha pensado en formas eróticas o sexuales en sus amigos o amigas, respectivamente. ¿O sabes cómo sí podrían dos personas ser amigos? Los dos tienen que ser feos y gordos. Ahí sí no hay pierde...

La segunda cosa que hay que aclarar es que EN CASO de que, efectivamente, un hombre y una mujer lograran consolidar una amistad con éxito, tener sexo entre ellos no tiene nada de malo. ¡Nada! Pero la puta moral dice que no, entonces no. Y es una estupidez, tener sexo entre amigos podría bien ser el mejor invento desde el pan en rebanadas. Lo que yo creo es que la gente tiene miedo de generar sentimientos, encontrar que hay algo más que sólo amistad. Hay afecto, hay amor. Y si descubren que hubo eso todo el tiempo caerán en la conclusión que nuevamente, nunca fueron amigos. Y aquí es donde digo 'jaque mate'... ¿Qué opinas, Brit?

Te advierto que a las mujeres les resulta ofensivo oírla, por alguna razón. Es una teoría altamente separatista. Todo esto te lo explico porque necesito tu punto de vista para algo. He estado tratando de descifrar el arte de pasar por el puente de amigos sin caer en la tan odiada friend zone. ¿Sabes de lo que hablo, verdad? La otra noche en una fiesta conocí a una amiga de Daniel, un amigo. Se llama Sofía. Le pedí su correo y hemos hablado mucho por internet. Puede que salgamos todos juntos un día de estos pero tengo miedo de atravesar la delgada línea y caer de hocico en esa amistad de papel que a nadie conviene. Es la puta cuerda floja, un paso de más o un paso de menos puede ser mortal y no hay vuelta atrás. Por eso hay que pensarlo bien, el juego de trapecistas también tiene su truco y el circo paga bien por el espectáculo. Estoy tratando de reestructurar mis pensamientos, planeo cuidadosamente mi siguiente movimiento pero sé que tampoco tenemos mucho tiempo. Si hubiera un instructivo para ésto diría algo así como: "Para cruzar exitosamente el puente se necesita..."