jueves, 4 de septiembre de 2008

Retrospectividad

Un, dos, tres, cuatro. Marcan los segundos el reloj. El tiempo egoísta transcurre lentamente, siguiendo su propio compáz. Tic-toc, Tic-toc.
Los calendarios marcan el día. Alguien había inventado que existía tal cosa como el tiempo: los segundos y los minutos, las horas y los dias y yo, injustamente, tenía que creerlo.
¿Pero que tal si decidiera no creer eso? ¿Que tal si yo, a diferencia del reloj, marcara mi propio ritmo?¿Y si basara cada una de mis acciones en mi propia interpretación y no en la de las manecillas y los engranes de un frío mecanismo artificial?
Si ése fuese el caso, talvez no estaríamos aqui. Talvéz todo sería muy diferente.
Pero no lo es. Y me entristece aceptarlo. Me destruye no comprender el porqué, no poder dar una explicación.

Quisiera, pero no puedo. Soy parte de una sociedad, y por tanto, estoy obligado a seguir sus conceptos y sus reglas. Todo aquello que ellos consideren "normal".
¿Pero quién es quién para decir qué es o no es "normal"? ¿Para decir qué está bien o qué está mal? Hasta donde yo sé, no existen tales definiciones. Nunca lo han habido y nunca lo habrán.
Es tonto querer controlar las cosas. Algunas cosas están destinadas a no tener control.

Leer entre lineas.
Me costó trabajo aprender a leer entre lineas. Hay cosas que son mejor expresadas por el silencio. El confiable viento, que siempre encuentra la sutil forma de hacer llegar lo que nunca fue dicho, pero sin embargo fue pensado. En este mundo no hay lugar para lo inefable, para lo impronunciable. Pero si para las miradas ciegas... y para las palabras mudas.

Y hoy. Sí, hoy, me pongo a pensar.
Sin ti, las cosas serían infinítamente diferentes.
Sin ti, alguien más sería yo.
Sin ti, únicamente mis sueños tendrían sentido.
Sin ti, los recuerdos serían mi mas profundo tesoro.
"Sin ti, las emociones de hoy no serían mas que la piel muerta de las emociones de ayer."

Luis Rdz.