Henos aquí; es el presente y seguimos siendo testigos de ese pequeño error de cálculo que hace más de
cien años desencadenó una aventura geológica de ridículas proporciones. Y somos felices.
cien años desencadenó una aventura geológica de ridículas proporciones. Y somos felices.
Es el futuro. Todavía no sabemos qué va a pasar. Quiero creer que podremos con lo que sea que se nos ponga enfrente. Nos adaptaremos. Y se verá tan bello este momento, como siempre se había visto. Como Santa Anna y el Salton. Como cuando éramos niños y volábamos papalotes a la orilla del mar y todos convergíamos en una breve, muy breve eternidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario